Persistencia de la proteína de espiga y daño neurovascular postvacunal: evidencia anatomo-patológica y epidemiológica
Numerosos estudios independientes han documentado la presencia de proteína de espiga (S) en el tejido vascular cerebral humano, particularmente en arterias cerebrales, tras la exposición a vacunas basadas en ARNm. Investigaciones como la de Ota et al., junto con hallazgos procedentes de estudios japoneses, alemanes y surcoreanos, confirman que la proteína S es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica (BHE), persistir en el parénquima cerebral y correlacionarse con signos de lesión microvascular y neuroinflamación. Cabe subrayar que la proteína S derivada del ARNm vacunatorio no es idéntica estructural ni funcionalmente a la espícula viral nativa. El ARNm utilizado en las formulaciones vacunales se halla modificado mediante pseudouridina, lo que le confiere mayor estabilidad estructural, capacidad de evasión inmune y prolongada vida media intracelular. Esta variante proteica presenta además una propensión elevada a la formación de agregados amiloides, con implicaciones potenciales...