Factores dietéticos que pueden mitigar enfermedades neurodegenerativas

 Referencias:

  1. Zhibin Wang, Wei Zhu, Yi Xing, Jianping Jia, Yi Tang, B vitamins and prevention of cognitive decline and incident dementia: a systematic review and meta-analysis, Nutrition Reviews, Volume 80, Issue 4, April 2022, Pages 931–949, https://doi.org/10.1093/nutrit/nuab057
  2. Félix Bermejo-Pareja, María José Ciudad-Cabañas, Sara Llamas-Velasco, Ester Tapias-Merino, Jesús Hernández Gallego, Marta Hernández-Cabria, Luis Collado-Yurrita, Jesús María López-Arrieta, Is milk and dairy intake a preventive factor for elderly cognition (dementia and Alzheimer’s)? A quality review of cohort surveys, Nutrition Reviews, Volume 79, Issue 7, July 2021, Pages 743–757, https://doi.org/10.1093/nutrit/nuaa045

Mantenimiento del equilibrio iónico en sistemas biológicos: la fórmula (Ca + Mg)/(Na + K) = 1.


Introducción

El envejecimiento de la población mundial ha llevado a un incremento en la prevalencia de enfermedades neurodegenerativas, como la demencia y el Alzheimer. La identificación de factores dietéticos que puedan mitigar el riesgo de estas enfermedades es de suma importancia. En este contexto, la literatura científica ha explorado diversas intervenciones nutricionales, incluyendo la ingesta de vitaminas del grupo B y productos lácteos, como posibles agentes preventivos. Los estudios de Wang et al. (2022) y Bermejo-Pareja et al. (2021) proporcionan análisis exhaustivos de estas intervenciones. Este artículo se propone sintetizar y analizar críticamente las evidencias presentadas en estos estudios para determinar la eficacia de las vitaminas B y el consumo de lácteos en la prevención del deterioro cognitivo y la demencia.

Vitaminas del grupo B y deterioro cognitivo

  • Las vitaminas del grupo B, en particular la B6, B12 y el folato, juegan roles cruciales en la salud neurológica. Estas vitaminas están involucradas en la síntesis de neurotransmisores, el mantenimiento de la mielina y la regulación de la homocisteína, un aminoácido cuyos niveles elevados se han asociado con un mayor riesgo de demencia.
  • Wang et al. (2022) realizaron una revisión sistemática y un meta-análisis de estudios que investigaron la relación entre la ingesta de vitaminas del grupo B y la prevención del deterioro cognitivo y la demencia. El análisis incluyó datos de ensayos controlados aleatorios y estudios observacionales. Los resultados indicaron que la suplementación con vitaminas del grupo B estaba asociada con una reducción modesta pero significativa en los niveles de homocisteína y una mejoría en algunas medidas de función cognitiva. Sin embargo, la evidencia sobre la prevención de la demencia fue menos concluyente.
  • Mecanismos de acción El principal mecanismo propuesto para la acción de las vitaminas del grupo B en la prevención del deterioro cognitivo es la reducción de los niveles de homocisteína. La hiperhomocisteinemia se ha relacionado con daño vascular y estrés oxidativo, ambos factores contribuyentes al deterioro cognitivo. Además, la homocisteína puede inducir neurotoxicidad directa a través de la excitotoxicidad mediada por el receptor NMDA y la apoptosis neuronal. Otra vía de acción incluye la síntesis de neurotransmisores como la serotonina, dopamina y GABA, que son esenciales para la función cognitiva. Las vitaminas B6 y B12, junto con el folato, son cofactores en la metilación de la homocisteína para formar metionina, un precursor de la S-adenosilmetionina (SAM), un donador universal de grupos metilo en la síntesis de neurotransmisores.
  • Evidencia clínica Los estudios revisados por Wang et al. mostraron variabilidad en los resultados, probablemente debido a diferencias en los diseños de estudio, las poblaciones investigadas, las dosis de vitaminas administradas y las duraciones de seguimiento. Por ejemplo, algunos ensayos clínicos encontraron mejorías significativas en la memoria y la función ejecutiva con la suplementación de vitaminas B, mientras que otros no observaron efectos clínicamente relevantes. Un aspecto crítico es la línea base de los niveles de homocisteína en los participantes. Los estudios que incluyeron individuos con niveles elevados de homocisteína al inicio tendieron a mostrar mayores beneficios con la suplementación de vitaminas del grupo B. Esto sugiere que la eficacia de estas vitaminas puede estar modulada por el estado metabólico basal de los individuos.

Consumo de lácteos y salud cognitiva

Bermejo-Pareja et al. (2021) exploraron la relación entre el consumo de leche y productos lácteos y la función cognitiva en adultos mayores. La revisión incluyó múltiples estudios de cohorte que examinaron la ingesta de productos lácteos y la incidencia de demencia y deterioro cognitivo.

El análisis de estos estudios reveló resultados mixtos. Algunos estudios reportaron una asociación positiva entre el consumo moderado de lácteos y una mejor salud cognitiva, mientras que otros no encontraron ninguna relación significativa. Además, unos pocos estudios sugirieron una posible relación negativa entre el alto consumo de ciertos productos lácteos y el riesgo de demencia, aunque estos hallazgos no fueron consistentes.

  • Componentes bioactivos en los lácteos La leche y otros productos lácteos contienen varios nutrientes y compuestos bioactivos que pueden influir en la salud cerebral. Estos incluyen calcio, vitamina D, proteínas de alta calidad, y ácidos grasos de cadena corta, todos los cuales tienen roles potenciales en la función neurológica y la neuroprotección. El calcio es esencial para la transmisión sináptica y la plasticidad neuronal, mientras que la vitamina D tiene propiedades neuroprotectoras y antiinflamatorias. Las proteínas lácteas, particularmente la caseína y el suero de leche, contienen aminoácidos esenciales que son precursores de neurotransmisores. Además, los ácidos grasos de cadena corta derivados de la fermentación de la lactosa en el intestino pueden tener efectos beneficiosos a través de la modulación de la microbiota intestinal y la reducción de la inflamación sistémica.
  • Evidencia clínica y consideraciones metodológicas Los estudios de cohorte analizados por Bermejo-Pareja et al. presentaron varias limitaciones metodológicas que pueden haber influido en la heterogeneidad de los resultados. Estos incluyen la dependencia de cuestionarios dietéticos autoinformados, que están sujetos a sesgos de recuerdo y reporte, y la variabilidad en la definición y medición del consumo de lácteos y los resultados cognitivos. Además, la mayoría de los estudios no controlaron adecuadamente otros factores dietéticos y de estilo de vida que podrían confundir la relación entre el consumo de lácteos y la salud cognitiva. Por ejemplo, las personas que consumen más lácteos pueden tener una dieta y un estilo de vida globalmente más saludables, lo que podría contribuir a una mejor función cognitiva independientemente del consumo de lácteos.

Comparación y síntesis de la evidencia

  • Tanto la revisión de Wang et al. como la de Bermejo-Pareja et al. subrayan la complejidad de determinar los efectos de las intervenciones dietéticas en la salud cognitiva. La suplementación con vitaminas del grupo B muestra un potencial moderado para mejorar ciertos aspectos de la función cognitiva, especialmente en individuos con hiperhomocisteinemia. Sin embargo, la evidencia sobre la prevención de la demencia es menos clara, sugiriendo la necesidad de más estudios bien diseñados.
  • En cuanto a los lácteos, la evidencia es aún más ambigua. Aunque algunos estudios sugieren beneficios cognitivos con el consumo moderado de lácteos, la variabilidad en los resultados y las limitaciones metodológicas impiden conclusiones definitivas. Es posible que ciertos componentes de los lácteos, como el calcio y la vitamina D, sean más importantes para la salud cognitiva que los productos lácteos en su conjunto.

Conclusión

La revisión de la literatura sugiere que tanto las vitaminas del grupo B como los productos lácteos tienen el potencial de influir en la salud cognitiva, aunque la evidencia no es suficientemente robusta para hacer recomendaciones definitivas. Los estudios futuros deben abordar las limitaciones metodológicas identificadas y considerar factores como el estado basal de homocisteína, la calidad de la dieta global y otros aspectos del estilo de vida que puedan influir en los resultados.

  • La suplementación con vitaminas del grupo B puede reducir los niveles de homocisteína y mejorar ciertos aspectos de la función cognitiva.
  • La evidencia sobre la prevención de la demencia con vitaminas del grupo B es inconclusa.
  • El consumo moderado de lácteos podría estar asociado con una mejor salud cognitiva, pero los resultados son mixtos y las limitaciones metodológicas son significativas.
  • Componentes específicos de los lácteos, como el calcio y la vitamina D, podrían ser más relevantes para la salud cognitiva que los productos lácteos en su conjunto.
  • Se necesitan estudios adicionales bien diseñados para clarificar estas relaciones y proporcionar recomendaciones dietéticas más precisas.

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