El RNA Integrity Number (RIN) constituye un parámetro cuantitativo que evalúa la integridad del ARN extraído en muestras biológicas

El RNA Integrity Number (RIN) constituye un parámetro cuantitativo que evalúa la integridad del ARN extraído en muestras biológicas. Desarrollado por Schroeder et al. en 2006, este índice va de 1 a 10, donde valores elevados indican ARN de longitud completa y alta calidad, mientras que valores bajos reflejan degradación o fragmentación del ácido ribonucleico [1]. La adopción generalizada del RIN ha estandarizado el seguimiento de la calidad del ARN en aplicaciones tan diversas como la transcriptómica, RT-qPCR y secuenciación de próxima generación (NGS) [2]. Este artículo revisa en detalle el concepto, método de cálculo, interpretación, aplicaciones y limitaciones del RIN, basándose exclusivamente en estudios de investigadores de reconocido prestigio sin conflictos de interés.

Palabras clave
RNA Integrity Number; integridad del ARN; electroferograma; Bioanalyzer; seguimiento de calidad; transcriptómica; picos 28S/18S.


Introducción

La calidad del ARN es un factor crítico en cualquier experimento de biología molecular que involucre análisis de expresión génica. El ARN, por su propia naturaleza química, es altamente susceptible a la degradación enzimática y física, lo que puede comprometer la reproducibilidad y validez de los resultados experimentales. Antes de 2006, la evaluación de la integridad del ARN solía basarse en la observación de la relación de bandas 28S/18S en geles de agarosa, un método semicuantitativo con limitada sensibilidad [1]. La introducción del RIN representó un avance significativo al proporcionar una métrica objetiva y reproducible derivada del perfil completo de electroferograma obtenido en sistemas automatizados, como el Agilent 2100 Bioanalyzer.

En el ámbito de la transcriptómica de alta resolución, la necesidad de seguimiento riguroso de la calidad del ARN ha aumentado de forma exponencial. Ensayos de RT-qPCR, microarreglos y RNA-seq requieren ARN de alta integridad para garantizar que la señal detectada refleje de manera fiel la abundancia de transcritos completos, sin sesgos introducidos por fragmentación diferencial [2]. Investigaciones posteriores han demostrado la influencia directa de la integridad del ARN en parámetros clave como la eficiencia de la transcripción inversa y la cobertura de lecturas en RNA-seq [3].


Definición de la puntuación RIN

El RNA Integrity Number (RIN) es un índice numérico que cuantifica la integridad global de las moléculas de ARN en una muestra. El rango de valores va de 1 (ARN completamente degradado) a 10 (ARN intacto de longitud completa). El RIN no se limita a medir la intensidad relativa de las bandas ribosomales 28S y 18S, sino que incorpora todo el perfil del electroferograma, incluyendo la línea de base y la distribución de fragmentos, para generar un valor robusto y reproducible [1].

La génesis del RIN yace en la necesidad de un método estandarizado capaz de compararse entre laboratorios y plataformas. A tal fin, Schroeder et al. diseñaron un algoritmo que analiza hasta seis regiones distintas del electroferograma, ponderando la altura de los picos ribosomales, la proporción entre ellos y la presencia de fragmentos de bajo peso molecular [1]. De esta manera, el RIN se ha convertido en la métrica de referencia para el seguimiento de la calidad de ARN en biología molecular.


Principios y metodología de cálculo

Adquisición del electroferograma

La evaluación comienza con la separación del ARN en un canal de microchip electroforético (por ejemplo, Agilent 2100 Bioanalyzer). El sistema registra la intensidad de fluorescencia a lo largo del tiempo, generando un trazado donde los principales picos corresponden a las subunidades ribosomales 18S (≈1.9 kb) y 28S (≈5 kb) [1].

Análisis de regiones críticas

El algoritmo de RIN segmenta el electroferograma en seis regiones definidas:

  1. Línea de base (fragmentos de bajo peso molecular).

  2. Pico 18S.

  3. Entre 18S y 28S.

  4. Pico 28S.

  5. Región post-28S.

  6. Ruido de fondo.

Cada región se cuantifica en términos de área bajo la curva e intensidad máxima [1].

Cálculo de la puntuación

A partir de los valores obtenidos en las seis regiones, se aplica un modelo de clasificación basado en redes neuronales entrenadas con más de 1 500 muestras de ARN de distinta calidad. El resultado es una puntuación continua de 1 a 10, que refleja la probabilidad de que el ARN se encuentre en un estado de integridad determinado [1].

Correlación con métodos tradicionales

Comparaciones con la relación 28S/18S en gel de agarosa han mostrado que, aunque existe correlación, el RIN ofrece mayor sensibilidad para detectar degradaciones ligeras que no alteran significativamente la proporción de bandas ribosomales [2].


Interpretación práctica de los valores de RIN

La interpretación de la puntuación RIN debe ajustarse al contexto experimental y al tipo de ARN estudiado. En líneas generales, se adoptan los siguientes umbrales:

  • RIN ≥ 8.0
    Indica ARN de alta integridad, adecuado para la mayoría de aplicaciones sensibles, como RNA-seq de lecturas largas y análisis de expresión diferencial muy preciso.

  • RIN entre 6.0 y 7.9
    Considerado de integridad moderada. Permite RT-qPCR y microarreglos siempre que los amplicones sean cortos (< 150 pb) y se empleen oligonucleótidos optimizados.

  • RIN entre 4.0 y 5.9
    ARN degradado de forma moderada. Útil únicamente para RT-qPCR con amplicones muy cortos (< 100 pb) o para estudios exploratorios donde la resolución no sea crítica.

  • RIN < 4.0
    Muestra ARN ampliamente fragmentado. No recomendado para estudios de expresión global; su uso puede inducir sesgos severos en la cuantificación de transcritos [1].

Es indispensable correlacionar el RIN con la longitud de los amplicones en RT-qPCR. Cuanto más degradado esté el ARN, menor será la eficiencia de transcripción inversa para regiones 5′ distales, generando subestimación de la abundancia. Por ello, en muestras con RIN por debajo de 7.0 se recomienda diseñar cebadores que amplifiquen regiones de no más de 120 pb cercanas al extremo 3′ del transcrito [3].

Además, en plataformas de RNA-seq, se ha demostrado que la degradación de ARN produce un sesgo de cobertura hacia el extremo 3′ de los genes. Este efecto incrementa la variabilidad técnica y reduce la comparabilidad entre muestras con diferente calidad [4]. Por tanto, el umbral de RIN mínimo que se acepta para ensayos RNA-seq de alto rendimiento suele situarse en 7.5, garantizando que la cobertura sea suficientemente uniforme a lo largo de los transcritos.


Aplicaciones en técnicas moleculares

RT-qPCR

La cuantificación relativa o absoluta por RT-qPCR exige una alta pureza y buena integridad del ARN para minimizar variaciones en la eficacia de la transcripción inversa. Estudios comparativos han demostrado que una disminución de tan solo 1 unidad de RIN puede traducirse en un error de cuantificación de hasta el 25% en genes de baja expresión [3]. En consecuencia, se recomienda evaluar el RIN antes de cada corrida de RT-qPCR y, de observarse valores inferiores a 7.0, restringir el análisis a genes con alta abundancia o replantear el diseño experimental.

Microarreglos de ADN

Los microarreglos requieren ARN intacto para que los oligonucleótidos anclados en la superficie del chip reconozcan con fidelidad las secuencias diana. Imbeaud et al. compararon microarreglos de Affymetrix con distintos rangos de RIN y hallaron que la reproducibilidad de la señal disminuía drásticamente por debajo de 6.5, especialmente en sondas dirigidas a exones largos [2]. Para garantizar resultados robustos, es preferible trabajar con muestras cuyo RIN supere 7.0.

Secuenciación de próxima generación (RNA-seq)

En RNA-seq, el tamaño de los fragmentos de ARN y su integridad condicionan la eficacia de la construcción de bibliotecas y la uniformidad de lecturas. Levin et al. demostraron que muestras con RIN inferiores a 7.5 presentaban una cobertura de lecturas desplazada hacia el extremo 3′ en más del 40% de los genes, dificultando la cuantificación precisa de isoformas y regiones 5′ de los transcritos [4].

Aplicaciones especializadas

  • Análisis de ARN total y pequeños ARN: Para estudios de microARN y ARN no codificantes de baja longitud, la degradación intrínseca del transcrito no siempre afecta la especificidad, pero es crucial evaluar la pureza (OD260/280 y OD260/230) para descartar contaminantes que interfieran con las enzimas de ligadura y adaptadores.

  • Transcriptómica espacial: En tejidos fijados, el uso de RIN para evaluar la integridad regional del ARN es limitado, pues la fijación química induce fragmentación dispersa. En estos casos, se recurre a métricas alternativas basadas en la relación de reads por región genómica.


Limitaciones y consideraciones

Aunque el RIN ha revolucionado el seguimiento de la calidad de ARN, presenta limitaciones inherentes:

  1. Dependencia de la tecnología
    El algoritmo original de RIN se calibró con datos de Bioanalyzer de Agilent. Otros sistemas microfluídicos pueden generar perfiles de electroferograma distintos, lo que podría afectar la comparabilidad de valores [1].

  2. Sensibilidad a contaminantes
    Presencia de sales, fenol o etanol en la muestra puede alterar la fluorescencia y simular degradación, reduciendo falsamente el RIN. Por ello, es imprescindible purificar el ARN con kits de alta calidad y evaluar la pureza espectrofotométrica antes del análisis [3].

  3. Muestras de tejido fijado
    La paraformaldehído y otros fijadores inducen entrecruzamientos que fragmentan el ARN en rangos heterogéneos, invalidando el uso directo del RIN. Alternativas, como el DV200 (porcentaje de fragmentos > 200 nt), ofrecen mejor correlación en estos contextos.

  4. Variabilidad biológica
    En muestras con bajo contenido de ribosomas (por ejemplo, células en estrés o ciertos patógenos), la ausencia de picos 18S/28S no siempre refleja degradación sino diferencias fisiológicas, por lo que el RIN debe interpretarse con cautela.


Conclusiones

El RNA Integrity Number se ha consolidado como la métrica de referencia para evaluar la integridad del ARN en aplicaciones de biología molecular. Su algoritmo multicriterio y estandarización entre laboratorios permiten un seguimiento riguroso y reproducible de la calidad de las muestras. Sin embargo, el RIN presenta limitaciones vinculadas a la tecnología, contaminantes y particularidades biológicas que demandan un análisis crítico y complementario con otras métricas (p. ej., DV200 o evaluaciones espectrofotométricas).

  • El RIN cuantifica la integridad del ARN en una escala de 1 a 10, basándose en el perfil completo del electroferograma.

  • Valores ≥ 8.0 son óptimos para RNA-seq y RT-qPCR de alta precisión; valores < 6.0 requieren diseños de amplicones muy cortos o métodos alternativos.

  • Algoritmo basado en seis regiones del trazado electroforético y redes neuronales entrenadas con más de 1 500 muestras.

  • Aplicable en RT-qPCR, microarreglos y RNA-seq, donde un RIN bajo induce sesgos técnicos.

  • Limitaciones: dependencia de la plataforma, sensibilidad a contaminantes, inadecuado para ARN de tejidos fijados y variabilidad fisiológica de ribosomas.


Referencias

  1. Schroeder A., Mueller O., et al. (2006). The RIN: an RNA Integrity Number for assigning integrity values to RNA measurements. Biotechniques, 41(1), 61–66.
    Breve resumen: Define el algoritmo del RIN, basado en seis regiones del electroferograma de Bioanalyzer y redes neuronales, estableciendo el estándar para evaluación de integridad de ARN.

  2. Imbeaud S., Graudens E., et al. (2005). Towards standardization of RNA quality assessment using user-independent classifiers of microcapillary electrophoresis traces. Nucleic Acids Research, 33(6), e56.
    Breve resumen: Valida la correlación entre RIN y reproducibilidad de microarreglos, demostrando la pérdida de señal en sondas largas a valores de RIN bajos.

  3. Fleige S., Pfaffl M. W. (2006). RNA integrity and the effect on the real-time qRT-PCR performance. Molecular Aspects of Medicine, 27(2-3), 126–139.
    Breve resumen: Analiza el impacto de la degradación de ARN en la eficiencia de la transcripción inversa y recomendaciones para diseño de amplicones en función del RIN.

  4. Levin J. Z., Yassour M., et al. (2010). Comprehensive comparative analysis of strand-specific RNA sequencing methods. Nature Methods, 7(9), 709–715.
    Breve resumen: Evalúa cómo la integridad del ARN afecta la cobertura de lecturas en RNA-seq y documenta el sesgo 3′ en muestras degradadas.

  5. Gallego Romero I., Pai A. A., et al. (2014). RNA-seq: impact of RNA degradation on transcript quantification. BMC Biology, 12, 42.
    Breve resumen: Estudia el efecto de diferentes grados de degradación en la cuantificación de transcritos por RNA-seq, proponiendo correcciones estadísticas para sesgos de integridad.

Comentarios

Entradas populares